Hace tan sólo dos días volví a tener el placer de poder escuchar los consejos de un experto en crecimiento empresarial, como es Jim Collins en el reciente Growth Summit Barcelona. Fue un orgullo poder colaborar en la organización de este interesante evento porque en él se respiraba un ambiente inconformista y alentador que, como Collins, nos sumábamos a la voluntad de no abandonar en tiempos ‘turbulentos’.

Entre sus conferencias, las inspiradoras palabras de Conor Neill (presentador y speaker) y el intercambio de opiniones tomando un café, acabó siendo una jornada propia de personas que quieren cambiar el mundo y dar un paso más allá a través del crecimiento empresarial y personal.

Si algo valoro de este tipo de encuentros es que el trasfondo de todos estos consejos tiene una naturaleza muy humanista. El secreto se halla en saber trabajar bien las capacidades y cualidades de las personas, rodearte de un equipo comprometido y humilde con el que poder contar. Y tomarnos la vida personal y profesional como todo un conjunto de responsabilidades, no trabajos pesados que cuestan cumplir.

Más adelante, en otro post, ya profundizaré sobre las ideas principales del evento. Pero hoy me gustaría reflexionar un poco sobre algo que considero fundamental en todo este proceso de desarrollo empresarial y que Collins ya había explicado previamente en su vídeo ‘Situar a las personas correctas en el puesto de trabajo clave’.

Me estoy refiriendo a que las decisiones más importantes ya no dependen del QUÉ sino, del QUIÉN. Veamos por puntos los seis rasgos imprescindibles que deben tener las personas de un equipo de trabajo para garantizar el éxito profesional:

1) Deben compartir los valores de la compañía. En la entrevista de trabajo debes apreciar que, por su forma de ser, el candidato ya trae consigo esos valores. No se deben enseñar, los vive desde el momento en que se incorpora al equipo.

2) Las personas no necesitan que les hagas micromanagment. Comparte siempre ideas con esta persona, ayúdale en lo que esté a tu alcance, pero no hace falta que estés todo el día diciéndole qué debe hacer. Vas a contratar a un profesional, por lo que sabe qué hacer y tiene el criterio adecuado para trabajar de un modo independiente. Si te ves forzado de hacerle micromanagment es que probablemente te has equivocado al contratar a la persona para ese puesto.

3) Los candidatos hacen lo que dijeron que harían. Se trata de personas que cuando se comprometen, siempre cumplen. Esta responsabilidad te dará mucha tranquilidad a la hora de confiar trabajos.

4) Las personas no piensan en términos de tareas sino en términos de responsabilidades. Por ejemplo, si su tarea es atender al teléfono debería pensar que está satisfaciendo la necesidad de un cliente.

5) Actúan con el efecto de la venta y el espejo. Cuando creas un equipo con este perfil y aparecen problemas todos los integrantes deben mirar qué han hecho mal ellos mismos y no culpar al resto. Mirarse en el espejo es ser crítico con uno mismo. Del mismo modo, cuando llegan alegrías empresariales, se debe compartir este éxito, admirando a los demás (por la ventana, hacia el exterior).

6) Por último, son personas apasionadas de algo relacionado con su empresa o trabajo. Ya sea la cultura empresarial, el producto por el cual se trabaja o el sector… El objetivo de cualquier persona es poder desarrollar sus aptitudes. Trabajar disfrutando marca realmente la diferencia.

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