Como anuncié en mi anterior post, me gustaría hoy dar especialmente atención a una las ideas principales que Jim Collins compartió en Growth Summit Barcelona y que resultó ser muy sabia a seguir entre todos los que nos encontrábamos allí.

Se trata de la historia real de Roald Amundsen y Robert Falcon Scott, dos exploradores que lideraron de diferente modo la primera expedición hacia el Polo Sur. Este inteligente ejemplo, señala la importancia de establecer unos retos a cumplir en la vida, siendo constantes y teniendo siempre en cuenta nuestros límites.

Collins nos recuerda en su obra Great By Choice que, pese a que los dos equipos de exploradores partieron a la vez, tan sólo uno regresó. El inglés Scott consideró que su marcha dependería del tiempo, de modo que unos días se marcaban retos muy intensos, de grandes distancias y otros no. Como resultado, el desgaste de realizar un ejercicio desordenado causó que muchas personas del equipo fallecieran, por lo que su decisión fue un fracaso.

Por su parte, el noruego Amundsen fijó 20 millas por día. Esta decisión también fue dura porque tuvieron que caminar pese a hacer mal tiempo y no sentirse con todas las fuerzas. Sin embargo, todo el equipo regresó.

Con este inteligente paradigma, Jim Collins nos quiso alentar porque en el ámbito personal y profesional, las personas contamos con la disciplina para avanzar en todos los proyectos que nos propongamos y salir con éxito. No obstante, debemos que encontrar nuestras propias 20 millas para poder rendir. Estas marcas son el secreto para no poner en peligro el buen ritmo de trabajo y seguir mejorando en el futuro.

De modo que, acorde con nuestras limitaciones y considerando proyectos cuya envergadura sea lógica, debemos mirar en el corazón de nuestra compañía para instaurar metas profesionales en los próximos 2, 5, 10 años… Con disciplina y constancia los conseguiremos. Y nos diferenciaremos de aquellas empresas que acaban muriendo de éxito por abarcar tantos objetivos que es imposible dedicar el 100% de las fuerzas en cada uno de ellos.

Por poner un ejemplo, unas 20 millas podrían ser crecer un 20% anual. Estos parámetros tienen que estar completamente alineados y adaptados a cada empresa, por lo que están bajo tu control como responsable. Así, cada compañía tiene diferentes ‘millas’ pero, para poder recorrerlas, debemos de tener tres conceptos fundamentales en la mente: consistencia, repetición y hábito.

Si en algún momento se rompe la coherencia, ocurre que se desencadena un ritmo de trabajo mucho más estresante. En este punto, tenemos que evitar retroceder todo el camino recorrido e invertir más esfuerzos que antes.

Otro factor que influye cuando estamos hablando de planear algo a tanto tiempo vista son los golpes de suerte que periódicamente nos pueden llegar. Por lo general, la gente piensa que aquellas compañías que lideran el mercado lo han conseguido a base de esfuerzo, pero también porque ‘han tenido suerte’.

Mientras que Jim Collins advirtió que lo que realmente tiene mérito y acaba por beneficiar a una empresa es saber aprovechar esos golpes de suerte. Nos estamos refiriendo a detectar aquellos compañeros que realmente te aportarán como persona y profesional sí que condiciona el rumbo de tu empresa.

Hecha esta reflexión, cuento con que a partir de ahora pondrás los cinco sentidos para ver cuándo estás pasando por una época afortunada y sacarás partido de ella. Pero, mientras tanto, ¿cuáles son tus próximas 20 millas?

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