Hoy, de camino al trabajo, me he parado un momento a comprar un café para llevar y la persona que tenía delante de la cola estaba comentando con el cajero “mi jefe me da mucha confianza, pero hoy me ha cogido a parte y me he puesto nervioso porque no sabía qué me iba a decir”.

Esta situación puede que la hayamos vivido todos. El miedo a no saber qué nos va a decir nuestro superior o qué trabajo nos va a mandar, sin saber si nos gustará o no.

Eso no quiere decir que no nos guste nuestro jefe o nos caiga bien.

Pero seamos sinceros, a todos nos gustaría no tener jefes, para tener más libertad a la hora de escoger nosotros mismos, tanto objetivos como tareas a realizar.

La autonomía es algo que todos valoramos mucho.

Especialmente desde la adolescencia, momento en que tomamos consciencia de nuestra individualidad y empezamos a luchar por ser más libres y poder tomar nuestras propias decisiones.

Pero si después de conseguir ser totalmente autónomos, llegamos a nuestro puesto de trabajo y allí tenemos la sensación de solo recibir órdenes y no poder escoger ni nuestro horario de comidas, obviamente, minará nuestra energía y quizás la autoestima.

¿Qué hace falta para poder trabajar sin jefes?

Como bien dice el título del artículo, lo ideal sería una empresa sin jefes y que cada persona del equipo fuese su propio líder.

Pero esto solo se puede dar con unos condicionantes.

  • La opinión de todos vale por igual. Es importante tener una cultura de empresa en la que se valore lo que dice cada miembro de la compañía. Incluso aunque haya personas con menos experiencia, ya que su opinión puede ser muy importante en muchos casos y aportar un punto de vista nuevo. Durante la última década, Google se ha dedicado a investigar y medir el comportamiento y las vidas de sus empleados, con el objetivo de conocer las razones de por qué unos equipos de trabajo funcionan y otros no. Al final, los investigadores observaron que había 2 comportamientos claros que todos los equipos de éxito compartían:
    • Los miembros del grupo tenían la oportunidad de hablar y dar su opinión en la misma proporción.
    • Los integrantes del equipo eran capaces de intuir los estados anímicos de sus compañeros por el tono de voz, sus expresiones y sus gestos.
  • Responsabilidad y control sobre las prioridades. ¿Qué me toca hacer este trimestre? Muchos se hacen esta cuestión antes de las reuniones donde se marcan los objetivos individuales y grupales. Si cada persona puede marcar sus prioridades, dentro de sus gustos y experiencia profesional, se sentirá mucho más motivado. Poder tener la iniciativa a la hora de desarrollar las tareas según uno crea es sinónimo de libertad. Una empresa sin jefes necesita que cada persona sea el jefe de sí mismo y se esfuerce en dar lo mejor.
  • Sistema para controlar la evolución de cada uno. Está muy bien poder ser el jefe de uno mismo, pero no debemos olvidar que trabajamos dentro de un grupo y el feedback es constructivo para mejorar. Cada empresa puede buscar un mecanismo en el que se pueda comprobar cómo avanzan las prioridades individuales y el conjunto de la compañía. Por ejemplo, una reunión mensual o trimestral de valoración, donde se hable en qué punto se encuentra cada miembro y qué se puede hacer para mejorar.
  • Que todo el equipo participe en el proceso de contratación y de salida de las personas. Es imprescindible crearEmpre confianza en un equipo y que este funcione de verdad. Si uno mismo no puede participar en los procesos de selección, y más si son personas con las que vas a trabajar codo con codo, entonces difícilmente se creará la confianza que permite trabajar sin jefes.

Es como he comentado al principio, con el ejemplo que he vivido esta mañana en el bar, no podemos decir que nuestros jefes nos dan confianza y en la frase siguiente demostrar que estás nerviosa por lo que te van a decir. Ya que esto se asocia más al miedo que a la confianza.

El miedo y los jefes han de quedar desterrados y conseguir construir equipos de trabajo donde cada individuo sea un intraemprendedor que se auto gestione su tiempo y prioridades, pensando en sus compañeros, en la empresa y en él.

Poder aplicar alguno de estos puntos en tu empresa, desde mi punto de vista, denota que es lo suficientemente madura para ser una organización sin jefes.

 

La empresa más feliz del mundo_cta

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