Zenón de Citio nació en la isla de Chipre, en el seno de una familia de comerciantes. Pasó la mayor parte de su infancia y juventud trabajando junto a su padre hasta que un accidente en el mar dio un nuevo rumbo a su vida. Como marcaba la tradición familiar, él también acabó  trabajando como comerciante, pero en una de sus travesías, transportando mercancías para vender, su barco naufragó y perdió gran parte de su fortuna. Su embarcación se hundió cerca de Atenas así que Zenón empezó a interesarse por el cultivo del conocimiento y los debates filosóficos de los intelectuales de la época. Dejó su profesión como comerciante e ingresó en el grupo de discípulos del filósofo Crates de Tebas, fue alumno de Estilpón de Mégara y Jenócrates y, poco a poco, fue ampliando su formación filosófica. 

Pasados diez años, quiso establecer sus propias teorías y se alejó de otros filósofos. Todas sus ideas y creencias fueron discutidas en el Pórtico Pintado de Atenas, un monumento de la Antigua Grecia, erigido en un enclave privilegiado, al norte del Ágora de Atenas. Allí nació su escuela filosófica, el estoicismo. Su nombre surge, precisamente, del lugar de donde nació: la palabra griega stoa significa pórtico. 

¿Qué es el estoicismo?

El estoicismo es una corriente filosófica que aboga por la gestión de las emociones y el autocontrol. Es una filosofía de vida que defiende la resiliencia, ser capaz de afrontar las situaciones de la vida, comprenderlas y aceptarlas, para tomar acción. ¿Cómo quieres ser? ¿Cómo quieres comportarte ante la adversidad? La clave está en nuestro pensamiento, en nuestra capacidad para decidir cómo queremos pensar el mundo porque al final sentimos lo que pensamos. Epicteto, filósofo estoico muy influyente, afirmaba:

El sufrimiento no deriva de los acontecimientos de nuestras vidas sino de nuestros juicios sobre ellos

El estoico es aquel que permanece tranquilo bajo presión, evita extremos emocionales y persigue su desarrollo personal a través de 4 virtudes: 

  • Sabiduría: entendida como la capacidad de enfrentarse a situaciones complejas, saber elegir bien, de manera práctica y resolutiva.
  • Templanza: autocontrol y moderación, no dejarse llevar por nuestros impulsos. Trabajar la resiliencia para saber luchar contra las adversidades de la vida.
  • Justicia: tratar a los demás con imparcialidad. Ser ético, humilde y no dejarse llevar por prejuicios.
  • Valentía: tener coraje para encarar los desafíos diarios con claridad e integridad. “Algunas veces incluso vivir es un acto de coraje”, afirmaba Séneca.

El estoicismo cree que solo aquellos que cultivan la virtud y el autocontrol pueden despertar un cambio positivo en otros. El emperador Marco Aurelio fue un gran seguidor del Estoicismo y eso le ayudó a liderar Roma durante casi dos décadas. En su publicación Meditaciones comparte sus reflexiones para enseñarnos a vivir bien. 

Como hemos visto, el estoicismo es una corriente de pensamiento milenaria, no obstante muchos de sus principios siguen teniendo sentido hoy en día. Esta tradición filosófica ha cautivado a grandes pensadores y líderes de negocio como Tim Ferris, Ryan Holiday, Arianna Hufington y Jack Dorsey. En su día, Nelson Mandela también se apoyó en el estoicismo para sobrevivir a sus años de cautiverio. El estoicismo ha sido adoptado por muchos emprendedores y líderes actuales por su ayuda en la resolución de conflictos, la gestión del estrés o el establecimiento de prioridades. La filosofía estoica tiene muchos autores, conceptos e ideas, pero su base se puede resumir en el decálogo que a continuación comparto.

10 mandamientos estoicos para aplicar en el trabajo

1. Memento Mori: conciencia de muerte, recuerda que morirás. Este es uno de los conceptos principales del estoicismo y aunque a priori puede parecernos pesimista nos invita a reflexionar sobre la fragilidad de la vida y la suerte que tenemos de estar aquí. Este principio debe animarnos a relativizar los problemas y preocupaciones y dedicar nuestra atención a aquello que verdaderamente es importante y nos hace felices. Intentar vivir cada momento y valorar todo lo que tenemos, también el trabajo. Ya que solo vivimos una vez, es importante encontrar una compañía que comparta tus valores y su filosofía esté alineada con tu forma de ver la vida. Además que desempeñes un trabajo que te motive, te haga sentir realizado y te rodee de buenos profesionales. El equipo es importante y juega un papel fundamental en tu felicidad en el trabajo. 

2. Fateri Errata: admite tus errores, la excelencia no nace de la nada. Es importante ser autocríticos y reconocer nuestras áreas de mejora. Juzgarse con precisión y honestidad. Esta es una de las habilidades más útiles que podemos cultivar para estar en constante mejora y una de las aptitudes más valoradas en el trabajo. No pasa nada si nos equivocamos, lo importante es ser consciente de ello para poner solución cuanto antes y sacar un aprendizaje del error. “Errar es de humanos, perdonar es divino y rectificar es de sabios”, afirmaba el poeta inglés Alexander Pope.  

3. Infortunii Viventem: preparase para la desgracia. 

«Es en tiempos de seguridad cuando el espíritu debe prepararse para los futuros contratiempos. Uno ha de aprovechar los momentos en los que la diosa fortuna le sonría, pues un día sonríe y otro castiga. Quienes no se hayan fortalecido mientras podían, sufrirán las consecuencias de sus berrinches», la cita de Séneca lo resume muy bien. 

Los estoicos conocían bien que la fortuna y la desgracia conviven siempre en nuestras vidas, siempre hay épocas de bonanza y períodos de crisis. Por eso es importante que las compañías, en tiempo de prosperidad, no despilfarren, sean prudentes y austeras para sanear sus cuentas y tener margen de maniobra para los momentos complicados.    

4. Synpathéia: “Pensar que somos distintos del prójimo es tan sólo una ilusión perceptiva de nuestra especie”, “lo que es malo para la colmena es malo para la abeja”, sentenciaba Zenón de Citio.  

Al final no somos tan distintos entre nosotros, todos tenemos preocupaciones, sufrimos, queremos, deseamos, reímos y lloramos. Se trata, entonces, de ser empáticos y entender al otro. En las compañías cada vez se valora más la inteligencia intrapersonal, precisamente por esto, por la capacidad de escuchar, entender y solidarizarte con tu compañero. Puede ser que hoy alguien de tu equipo esté más distraído, pensativo o irascible de lo normal, acércate y pregúntale cómo está, como se siente hoy. Verás que eso mejora su estado de ánimo. En el #Retolider comparto un ejercicio para ser más empáticos y adoptar una mirada compasiva. 

En Cyberclick, por ejemplo, realizamos una pequeña dinámica que nos ayuda a conocer el estado de ánimo del equipo, lo llamamos el semáforo de la felicidad. Antes de empezar la reunión semanal de los lunes, cada uno de nosotros describe con una palabra cómo se siente y comparte un color: rojo o ámbar si la semana pasada hubo algún problema que le impidió avanzar y verde si todo fluyó correctamente. Este pequeño ejercicio nos sirve para conocer si algún compañero está pasando por un mal momento y detectar bloqueos en el trabajo. La idea es compartirlo para encontrar la mejor solución.  

5. Apathéia: Zenón de Citio define este principio como un estado mental en el que la persona está libre de alteraciones emocionales. Se trata de conocerse a uno mismo para saber identificar nuestras emociones, aceptarlas y gestionarlas de la mejor manera posible. Apathéia se podría traducir como la inteligencia intrapersonal y en el mundo empresarial actual es otra de las habilidades más demandas porque nos ayuda a gestionar con templanza y serenidad los conflictos, el estrés, la presión, las envidias, los retos o nuevos cambios. Desarrollar la inteligencia intrapersonal es clave para asegurar el éxito profesional.    

6. Neutrom Moralis: neutralidad moral. Esta cita de Epicuro aclara muy bien este concepto: “las cosas no son buenas o malas en sí, sino la manera en la que las interpretamos. No es lo que te sucede sino cómo lo interpretas. Este principio no es fácil de aplicar porque a menudo cuando nos suceden cosas negativas nos aferramos a ellas y no vemos el problema con la perspectiva suficiente para darle un enfoque positivo. No podemos cambiar lo que ha pasado, pero sí la actitud que adoptamos, eso sí que está en nuestras manos. Perder un cliente, no ganar un concurso, que te rechacen una propuesta o que no aprueben tu solicitud no es bueno ni malo, todo depende de cómo lo interpretes. En este post te explico cómo pensar de manera distinta. 

7. Proháresis: Epicteto resumía este punto apuntando que muchas veces no importa cuanto uno se entrene en las capacidades oratorias que no siempre será capaz de convencer a jueces y senadores. Hay muchas cosas que no están en nuestras manos, por lo tanto no merece la pena lamentarse si no salen como uno esperaba. Aquí se trata de dar lo mejor de nosotros y focalizarnos en todo aquello que dependa de nosotros, de nuestro esfuerzo y nuestra actitud. En el trabajo es importante aplicar este principio porque muchas veces, aunque te hayas esforzado y has dado lo mejor de ti, las cosas no siempre salen como queremos, pero lo importante es afrontar los imprevistos con entereza, no rendirse y seguir adelante. 

8. Comprehendo adventu: este principio nos invita a mirar la vida con perspectiva, desde una mirada integral. Marco Aurelio lo compara con la vista de pájaro, que lo ve todo a la vez. Adoptar un punto de vista panorámico y ser consciente de lo insignificantes que somos con relación a todo el universo. Este enfoque nos puede ayudar en la resolución de conflictos, muchas veces coger distancia y enfocar el problema desde otro punto de vista, distinto al tuyo, nos permite ver las cosas de manera diferente y poder solucionar el desacuerdo. 

9. Amor fati: amor al destino, a los hechos. Las cosas suceden porque así tenían que ser, lo marca el destino aunque muchas veces nos gustaría que la realidad fuera distinta. Epitecto lo resumía de esta manera: “no busques que los eventos sucedan como quieres, sino quiere a los sucesos como sucedan y tu vida irá bien”. Un estoico si tiene claro su objetivo, disfruta del proceso aunque en el camino aparezcan piedras, porque sabe que el destino final será el correcto. A veces solo es cuestión de tiempo para ver cómo todas las piezas se encajan. 

10. Circulus virtuoso: círculo virtuoso. Ya sabes que este concepto me gusta mucho porque tiene muchas aplicaciones prácticas. Este principio nos permite poner en práctica la apathéia y la synpathéia porque como seres humanos que somos siempre tenemos muchas interacciones sociales. No obstante, hay algunas que nos pueden resultar un tanto tóxicas. Hay personas que por su carácter, negatividad o mal humor nos sacan energía y aunque quizá sean personas cercanas, como un familiar por ejemplo, deberemos poner límites y ser capaces de tomar cierta distancia para que no minen nuestra tranquilidad estoica. 

La idea del círculo virtuoso es rodearte de circunstancias y personas que te hagan crecer, que te aporten buena energía porque de esta manera tú también crecerás, serás feliz y lo trasmitirás al resto. En el mundo empresarial es muy importante hacer un buen proceso de selección para formar equipo de trabajo con personas que aporten valor, buena energía y se retroalimenten entre ellas.  

Estos diez principios que hemos visto hoy resumen, a grandes rasgos, la filosofía estoica y son conceptos que los podemos aplicar en cualquier faceta de nuestra vida. Al final se trata de practicar el autocontrol, gestionar bien nuestras emociones y ser capaces de afrontar los retos de la vida con la mayor serenidad posible. Sé que esto no es tan fácil como parece y muchas veces la vida nos pone a prueba, pero te animo a que poco a poco vayas incorporando estos diez mandamientos en tus rutinas para acabar interiorizándolos.

¿Conoces otra idea de la filosofía estoica que podamos aplicar en el trabajo?

Libro "Diario de un Millennial"

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