8 miedos que debes superar en el trabajo

La semana pasada, Arianna Huffington posteaba en Linkedin : ¡#Happy fearless Friday! y su estado me hizo pensar en cómo vivimos el miedo, como si fuera algo prohibido, algo que llegada a la etapa adulta no nos podemos permitir. Tener miedo está bien, es algo natural y no es ningún crimen ¡todos tenemos alguno! 

En las sociedades prehistóricas el miedo era visto como algo positivo porque las mantenía en estado de alerta y les ayudaba a superar peligros, como los depredadores, las inclemencias del tiempo y otras amenazas. El miedo es fundamental para la supervivencia y aunque nos parezca inverosímil lo necesitamos para evitar el dolor. Al final, tener miedo no es más que un mecanismo de defensa grabado en nuestra genética que nos permite actuar con rapidez.

Pilar Jericó, empresaria y conferenciante experta en gestión del cambio y la superación del miedo, apunta en su novela No Miedo, que el temor puede llegar a ser un obstáculo para el éxito en el sentido que bloquea los mismos circuitos cerebrales que la creatividad. Así pues, no podemos ser creativos ni resolutivos cuando estamos atemorizados. Tener miedo es normal, no nos hace más débiles ni peores profesionales sino todo lo contrario, nos ayuda a mejorar y reforzar nuestra autoestima

Seguramente tengas miedos infundados por tus padres, familiares y amigos, miedos culturales, fruto de nuestra educación y miedos propios nacidos de experiencias o vivencias pasadas. Quizá alguno de ellos se manifiesta en tu entorno laboral pero no debes permitir que te paralicen, debemos aprender a controlarlos y, si es posible, superarlos.

Hoy te comparto los 8 miedos más comunes en el entorno laboral, así que si sufres alguno de ellos ¡tranquilo, tranquila! no estás solo.

8 miedos que debes abrazar en el trabajo

1. Miedo a hablar en público:  es un miedo muy común, conocido también como miedo escénico o glosofobia. Puede ser que te incomode estar de pie en una sala, con mucha gente pendiente de ti, esperando que empieces a hablar. Siempre hay una primera vez y seguro que tu primer intento no es el mejor, pero al final, como todo en la vida, es práctica, poco a poco irás mejorando tu discurso, tus nervios y tu comunicación no verbal. 

Si preparas tu speech y lo practicas, respiras hondo antes de empezar, tienes un vaso de agua cerca y llegas puntual para no empezar con prisas y nervioso minimizarás riesgos. En mi caso, me apunté a teatro amateur y llegué a actuar en alguna obra para ganar confianza y seguridad.

2. Miedo a la incertidumbre: hay personas que les cuesta visualizar el futuro que quieren, temen lo desconocido porque no saben lo que les espera y no se pueden preparar. Este miedo está muy relacionado con el desarrollo personal, cuando una persona no sale de su zona de confort no arriesga y no se aventura a probar cosas nuevas, a cambiar y mejorar. 

Es imposible tenerlo todo planeado y preparado, así que cuando más abiertos estemos al cambio menos sufriremos y nos adaptaremos a él. En este sentido, podemos aprender de los Millennials, en general son una generación muy versátil, que tiene facilidad para adoptar nuevos cambios como bien describe Mateo, el protagonista de mi segundo relato Diario de un Millennial.

3. Miedo a hacer el ridículo: la vergüenza no es más que una forma de miedo y denota que estamos más preocupados por lo que pensarán o dirán de nosotros que de lo que sentimos y expresamos en el momento. Yo siempre digo que deberíamos volver a ser niños para quitarnos complejos y ser más naturales.

Muchos sufren por miedo y otros llegan a su destino mientras lo temían

 

4. Miedo al éxito: está relacionado con la necesidad básica de autorealización y se conoce como el complejo de Jonás, publicado por Maslow, en 1971, en su libro The Farther Reaches of Human Nature. Se trata de un curioso temor que nos impide disfrutar de nuestras máximas posibilidades, nos asusta lograr nuestro potencial y cumplir nuestros anhelos. Idealizamos cómo sería nuestra vida, nuestras relaciones y nuestro trabajo pero luego nos atemoriza lograr esos cambios, seguramente por no querer salir, de nuevo, de nuestra zona de confort. 

El miedo al éxito también puede estar provocado por la autoexigencia, el famoso síndrome del impostor, que describe la incapacidad de internalizar los logros y atribuirlos siempre a golpes de suerte. Las personas que lo padecen creen que su incompetencia profesional se descubrirá pronto. ¡Nos sorprenderíamos de la cantidad de personas que lo sufren! Michelle Obama, las actrices Emma Watson, Natalie Portman y Meryl Streep, Howard Schultz, CEO de Starbucks, o la directora de operaciones de Facebook, Sheryl Sandberg son solo algunos ejemplos. 

5. Miedo al fracaso: este es quizá uno de los miedos más comunes en el entorno laboral. Muchas compañías no quieren innovar por miedo a equivocarse pero debemos estar orgullosos de nuestros fracasos porque son los que nos permiten mejorar y evolucionar. En este sentido, Miriam González, abogada de prestigio y fundadora de Inspiring Girls, destaca que debemos aprender a fracasar y entenderlo como una forma de ganar experiencia y autoestima. Aceptar el fracaso es entender que hay riesgo inherente en él.

6. Miedo a la soledad: hay personas que temen trabajar de forma autónoma y optan siempre por el trabajo en equipo porque se sienten más respaldadas. Temen la hoja en blanco porque no saben cómo ni por dónde empezar. Saber trabajar en equipo es necesario e imprescindible pero trabajar de forma autónoma también, pues desarrolla nuestras capacidades y habilidades y refuerza nuestro amor propio. Al final, todos podemos lograr lo que nos planteemos si le ponemos ganas y actitud.  

7. Miedo a no cumplir lo que se espera de nosotros: no satisfacer las expectativas que nuestra empresa o compañeros esperan de nosotros.  Es un miedo muy común y puedes ahorrarte unos cuantos dolores de cabeza si preguntas por feedback para conocer si tu desempeño es el adecuado. También deberías ser sincero contigo mismo y trabajar en autoconocimiento para conocer tus fortalezas y tus áreas de mejora. Las compañías, asimismo, deberíamos, especificar muy bien qué esperamos de las personas y ayudarlas en el camino.

8. Miedo a una autoridad superior: entendida como el jefe, un profesor, una eminencia religiosa… Por desgracia, en algunas compañías todavía existe el miedo al jefe. Se dice que las personas abandonan a sus jefes, no a las empresas. La figura del jefe autoritario y déspota todavía existe en algunas compañías y como bien afirma Jack Welch, “no hay nada peor en el mundo de los negocios que trabajar para un jefe que no quiere que triunfes”. La figura del jefe debería ser alguien que actuara como un mentor o un coach y que ayudara al equipo a sacar todo su potencial. 

 Asúmelo, todos tenemos algún miedo. No pasa nada, forma parte de la condición humana pero el primer paso para superarlo es aceptarlo y entender que en muchas ocasiones tenemos temores fruto de nuestra imaginación, de cosas que no pasarán nunca, pero que nuestra cabeza no para de darle vueltas. Muchos sufren por miedo y otros llegan a su destino mientras lo temían, afirmaba Séneca.

¿Cuál es tu mayor miedo en el trabajo? ¿Qué has hecho para superarlo?

Libro "Diario de un Millennial"

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