Cuando contesté el teléfono mi esposa estaba a mi lado. Simplemente le dije que no podía aceptar la oferta. Hubo una larga pausa de silencio y colgamos. Mi esposa me miró y me dijo, ‘nos vamos a ir con ellos ¿cierto?’. Y así fue”

Así entró Alan Mulally en Ford Motor Company. El bisnieto del fundador de la multinacional automovilística lo llamó para proponerle que se sumara a la compañía como presidente y CEO. Alan Mulally aceptó el reto.

Por aquel entonces, en 2006, la industria automotriz estaba en crisis. Ford acumulaba pérdidas, la firma estaba deteriorada, con acciones devaluadas y con una mala gestión de marca, pero Alan consiguió reflotar la compañía con su visión estratégica y su afán por transformar la cultura de la compañía.

Todos los jueves a las 7 de la mañana, Alan Mulally, se reunía con los ejecutivos de Ford en una reunión denominada “Revisión del Plan de Negocios”, donde se clasificaban los problemas de la compañía por colores: rojo, sin solución; amarillo, se está trabajando; y verde, solucionado. No obstante, durante los primeros encuentros en estas reuniones de revisión todo salía en verde, aparentemente todo iba sobre ruedas, pero los números indicaban lo contrario: Ford acumulaba pérdidas anuales de 12,700 millones de dólares. 

Alan Mulally convenció a los directivos de Ford a colaborar y confiar más entre ellos, pero sobre todo a poner sobre la mesa las malas noticias para abrir diálogo y buscar soluciones. En las siguientes reuniones alguien apuntó que había complicaciones en la producción de un coche y así, sucesivamente, el equipo se animó a compartir cuestiones que les preocupaban y obstaculizaban el trabajo. Alan quiso acabar con la cultura del miedo y demostrar que el rojo y el ámbar no son para señalar a nadie, sino para encontrar soluciones y fórmulas de mejora.

El ingeniero aeronáutico, conocido también como el fénix de la industria automotriz, salvó a Ford de la bancarrota a través de la implantación del plan One Ford, que proporcionó una visión convincente, una estrategia integral y una nueva forma de liderazgo.

11 principios de liderazgo de Alan Mulally

A continuación resumo la visión de Alan en sus once principios de management para impulsar una cultura empresarial única.

1. Las personas son lo primero:  las personas deben ser nuestra prioridad. Las compañías son el resultado de su gente, un equipo nace y se hace por las relaciones que se construyen. Es importante que estemos conectados con nuestros compañeros porque esto es, a mi parecer, lo que da sentido al trabajo. Cuida tus relaciones laborales. 

“Un equipo no es un grupo de personas que trabajan juntas. Un equipo es un grupo de personas que confían entre ellas” – Simon Sinek 

2. Todo el mundo cuenta: necesitamos sentir que formamos parte de la toma de decisiones de la compañía, que tenemos espacio y libertad para compartir nuestra opinión y que esta se escucha y se valora. Todo el equipo debe tener voz. Además, cuánto más diverso sea nuestro equipo mejor, porque tendremos más puntos de vista.

3. Visión motivadora: se trata de tener una visión bien definida para saber dónde queremos llegar como compañía. Contar con una hoja de ruta clara nos permite ir todos a una y definir una estrategia que nos ayude a conseguir los resultados que, como equipo, nos hemos marcado.  

El liderazgo es la capacidad convertir la visión en realidad – Warren Bennis

4. Objetivos claros: para avanzar es preciso definir bien los objetivos de la empresa, así como las métricas que nos van a ayudar a ver nuestro progreso. Sin objetivos ni métricas definidas es muy difícil mejorar. En Cyberclick seguimos la metodología de los OKR (objetivos y resultados claros) para fijar objetivos medibles y alineados con nuestra visión. 

5. Plan definido: Cuando Mulally acababa de entrar en Ford, en una junta alguien le preguntó si la compañía podría salvarse de la quiebra a lo que Alan respondió convencido:  “¿Qué si Ford va a sobrevivir?, no lo sé, pero tenemos un plan, y este dice que sí».

11 principios de liderazgo de Alan Mulally

6. Hechos y datos: para tomar decisiones que nos permitan avanzar tenemos que situarnos en el campo de los hechos, no en el de los sentimientos y las opiniones. La opinión siempre cuenta y debemos escucharla, pero cuando se trata de tomar decisiones necesitamos datos que avalen y respalden nuestra propuesta. 

7. Comunicación: garantizar el flujo de información y apostar por una comunicación fluida, abierta y bidireccional. Para estar bien alineados, todo el equipo debe conocer el plan de acción, su estado de progreso y qué áreas necesitas especial atención para llegar a la meta. 

8. Actitud resolutiva: necesitamos equipos con personas pragmáticas, que tengan una mentalidad resolutiva, con voluntad de encontrar soluciones. En Cyberclick lo definimos como “Always find a better way” y es uno de los valores de nuestra compañía. 

9. Respeta, escucha y ayuda: queremos a gente humilde. Últimamente, varias personas me han contado que su CEO no quiere hablar con ellos, que nunca tiene tiempo ni ganas de escucharlos. No lo entiendo. ¿Cómo queremos liderar desde esta posición? Que tengas el título de CEO no quiere decir que seas más que nadie. Debes escuchar y valorar a todo el mundo. 

10. Resiliencia emocional: debemos trabajar nuestra capacidad de adaptarnos a situaciones adversas. El camino no siempre será fácil, pero si tenemos una actitud positiva y resolutiva será mucho más llevadero y saldremos siempre adelante. 

11. Diviértete en el trabajo: hace poco entrevisté a dos grandes empresarios que justo acababan de vender su empresa y ambos dijeron lo mismo: “si volviera a empezar me hubiera asegurado de disfrutar del trabajo, de pasármelo bien”. Este punto es importante y no quiere decir que todo sea de color rosa, siempre habrá problemas o pequeños baches, pero el cómputo global siempre debe ser positivo. En este sentido, podemos aprender mucho de Richard Branson, fundador del grupo Virgin.

“Dedicamos el 80% de nuestra vida al trabajo. Si quieres divertirte en casa, ¿por qué no deberías hacerlo en el trabajo? – Richard Branson

El filósofo de la antigua China, Sun Tzu, decía que un líder predica con el ejemplo, no con la fuerza. Alan Mulally siguió sus recomendaciones, su carrera en Boeing y Ford lo sitúan como unos de los empresarios más reconocidos del mundo por su visión y forma de liderazgo. Contar con un equipo competitivo y humilde, fomentar el diálogo para compartir la visión y el plan estratégico de la compañía, crear mecanismos para definir objetivos y evaluar su progreso y entrenar la resiliencia para tener siempre una actitud positiva y optimista en el trabajo son algunas de las lecciones que nos deja. Os animo a ponerlas en práctica para transformar y mejorar las compañías.

¿Quién es para ti un referente en liderazgo?

Libro "Diario de un Millennial"

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