Cuando Viktor Frankl tenía 37 años fue deportado a Theresienstadt, un campo de concentración cerca de Praga, junto a sus padres y su mujer, Tilly. Era septiembre de 1942 cuando se vio forzado a abandonar el departamento de neurología que dirigía en el Hospital Rothschild, el único de Viena que admitía judíos. 

Viktor deja atrás una vida dedicada a la psiquiatría y a la neurología y durante 3 años sufre las calamidades y las penurias de varios campos de concentración, incluidos Auschwitz y Dachau, pero su fuerza interior lo mantiene vivo y logra sobrevivir a esta traumática experiencia.

Tras su liberación pasa varias semanas en Münich tratando de averiguar si sus familiares han sobrevivido. Malas noticias, ninguno de ellos lo consigue. Un año más tarde, en 1946, Viktor publica su best seller, El hombre en busca del sentido, un libro que recoge todas sus vivencias en los campos de concentración y apunta las claves de la logoterapia. Viktor fue el fundador de esta rama de la psicoterapia centrada en el ser humano y en la búsqueda del sentido de la vida. 

¿Es posible encontrarle sentido a la vida tras vivir en un campo de concentración?

Viktor lo consiguió, según él la vida tiene sentido bajo cualquier circunstancia, incluso en situaciones tan complicadas como las que él vivió, si somos capaces de encontrar un propósito a nuestro sufrimiento. Si tu dolor no tiene ningún sentido, si no te conduce a ninguna parte, entras claramente en la desesperación. Para el autor la desesperanza es el sufrimiento sin propósito y para no caer en ella necesitamos actitud. 

Una vida con propósito

Viktor se aferró al amor para sobrevivir. Según el autor la salvación del hombre está en la capacidad de experimentar amor, con nosotros mismos y con los demás, para así conservar  la libertad interior, la autoestima y la personalidad. Frankl ejerció de médico y psicólogo con otros deportados, combatiendo su hundimiento emocional, y así pudo descubrir su propósito de vida: ayudar a los demás a encontrar significado en sus vidas.

Al hombre se le puede arrebatar todo, salvo una cosa: la última de las libertades humanas —la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias— para decidir su propio camino.

8 beneficios de una vida con propósito

Tener un propósito de vida te proporciona dirección y acción, te motiva y te da energía para no tener días vacíos. En el post de hoy resumo algunas de las ventajas de tener una vida con propósito.

  • Te permite vivir con coherencia: ¿Qué sentimiento te despierta ver a un deportista fumando un paquete de cigarros al día? ¿Qué sensación te produce tener un amigo que defiende una ciudad sin contaminación cuando él es el primero en coger el coche para todo? Nuestros hechos hablan más que nuestras palabras y cuando no están alineados perdemos credibilidad. Tener un propósito de vida claro te puede ayudar a encaminar todas tus acciones y esferas de tu vida hacia una misma dirección. Se trata de sincronizar tus relaciones, con tu estilo de vida, tu trabajo o tu alimentación. Enfocarte en las cosas importantes, es decir, en todo aquello que suma y aporta valor a tu propósito. 
  • Te ayuda a priorizar: tener una meta clara nos ayuda a saber qué debemos desestimar y no invertir tiempo en ello. Con un objetivo bien definido no nos perdemos por el camino, administramos mejor nuestro tiempo y energía y ganamos en efectividad porque únicamente destinamos nuestros esfuerzos a aquello que para nosotros tiene sentido. De esta manera, también tenemos más control y orden en nuestra vida. Todo actúa por y para nuestro propósito. 
  • Destapa tu potencial: para conocer cuál es tu propósito de vida es importante que primero analices tus habilidades innatas. ¿En qué destacas? ¿Cuál es tu don natural? Seguro que hay cosas que se te dan bien por naturaleza y, además, te gustan. Tu propósito de vida tiene que estar relacionado con tus talentos naturales, con aquellos que te permiten llegar a la excelencia sin mucho esfuerzo. 
  • Tomas mejores decisiones: contar con un propósito de vida te da perspectiva y una visión a largo plazo. Al final se trata de ir encaminando todas las piezas de tu vida hacia una misma dirección. Puede ser que al inicio sea inviable o complicado, pero al final, como tienes clara la meta, ya harás para que todas cojan el mismo rumbo. 
  • Aumenta tu autoconocimiento y satisfacción personal: saber cuál es tu propósito de vida exige un proceso de introspección. El sentido de la vida no se descubre de la noche a la mañana, implica tiempo y una mirada crítica hacia nosotros mismos, pero una vez lo consigues produce una sensación de tranquilidad y satisfacción. De pronto, tus días cobran más sentido y sientes paz interior, esa sensación que te indica que estás haciendo lo correcto. Te animo a seguir el ejercicio del Retolider2020, quizá te ayuda a descubrirlo.   
  • Es una fuente de motivación, compromiso y perseverancia: como ya hemos comentado, estar conectado con tu propósito significa alinear todas tus acciones y comprometerte a hacer todo aquello que esté en tus manos para lograr tu meta. Según el psicólogo estadounidense Edwin Locke las metas son una gran fuente de motivación para el ser humano porque guían nuestros actos. Según su teoría de fijación de metas, la intención de alcanzar nuestro objetivo nos impulsa a dar lo mejor de nosotros mismos porque nos crea una aspiración, una ilusión.
  • Vives con más entusiasmo, vitalidad y felicidad: según una investigación de la revista científica Psychological Science tener un propósito de vida aumenta tu esperanza de vida y te ayuda a lograr un envejecimiento más saludable. El estudio,  dirigido por el doctor Patrick Hill, siguió la vida de 6000 personas durante 14 años y estudió los propósitos de vida de cada uno, las relaciones que tenían y sus experiencias con emociones, tanto positivas como negativas. El estudió concluyó que aquellas personas que tenían propósitos en la vida eran menos propensas a morir durante la investigación. De hecho, en el transcurso del estudio, 569 colaboradores que no tenían un propósito de vida claro y contaban con pocas relaciones positivas fallecieron. 
  • Conocer tu propósito da sentido a tu vida : la historia de Viktor Frankl es un ejemplo de que conocer tu propósito de vida puede ayudarte a superar situaciones difíciles y darte la energía necesaria para seguir adelante. Descubrir para qué estamos aquí, cuál es nuestra razón de ser da significado y sentido a nuestra vida. Es un motivo más para levantarte por las  mañanas y vivir tus días con alegría y entusiasmo. 

Puede ser que el término “propósito de vida” te resulte abrumador, pero al final simplemente se trata de encontrar tu motivación, aquella fuente de energía que te ayude a sentirte mejor y te ayuda a mantenerte en pie en épocas de crisis o transición, recuerda la fórmula: con un propósito claro saldremos antes del bache. Y no hace falta que sea el GRAN PROPÓSITO, muchas personas se obsesionan con esto, pero no es necesario por pequeño que sea tu propósito si es importante para ti ya es suficiente. Tener una misión te ayuda a disfrutar mucho más lo que haces y ser un poco más feliz. ¿No crees?

 

Libro "Diario de un Millennial"

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