Hay una pregunta que jamás nos atrevemos a realizar a nuestros jefes, pero que debería ser obligatoria. Pero… ¿cuál? Sigue leyendo y te contaré esa pregunta qué es tan vital para tu éxito profesional, pero antes…

Empezaré por contaros una historia personal, que tiene relación directa con esta pregunta determinante que debes hacerle a tu jefe. Hace unas semanas estaba con un amigo (para guardar su privacidad le pondré el nombre ficticio de Martín)…

Martín entró a trabajar en una de las empresas más grandes del sector seguros. Tenía años de experiencia como profesional en este ámbito, pero con el cambio tuvo que empezar de cero. Con una nueva posición, nuevo jefe y equipo de trabajo.

Hasta aquí todo bastante normal. Incluso, añadiré que muchas personas verán este hecho como algo positivo. Ya que los cambios laborales siempre son vistos como una oportunidad de empezar de nuevo y vivir nuevas experiencias profesionales, con las cuales aprender cosas nuevas y seguir formándose.

Pero él no lo veía así.

Lo descubrí ese día que quedé con él, para tomar un café.

Hablábamos sobre las expectativas de futuro y en un determinado momento le pregunté qué tal se había adaptado a su nuevo trabajo.

Llevaba ya cuatro meses en su nueva empresa y pensaba que su respuesta sería positiva, pero me sorprendí con lo que me dijo. Empezó a decir “David, mira, la verdad es que estoy muy preocupado. En mi nuevo puesto hay muy buen ambiente de trabajo, en ese aspecto no me puedo quejar, pero siento que tengo demasiada libertad. No tengo un horario definido y puedo trabajar desde casa. Hago menos horas que en mi anterior trabajo y eso me hace sentir mal.”

Claro, él estaba acostumbrado a estar muchas más horas en la oficina y a tener jornadas laborales con horarios fijos.

Martín sentía que en esta nueva empresa, al dedicarle menos horas, parecía que le ponía menos intensidad y dedicación al trabajo que desarrollaba. Y que sus compañeros y su jefe lo verían con malos ojos y le acabarían despidiendo.

Yo le comenté que por eso no se debía preocupar tanto, porque todas las empresas tienen su ritmo. Hay compañías que tienen formas diferentes de trabajar y de gestionar el tiempo. Esto supone que con menos esfuerzo, pueden conseguir más las personas del equipo. Y este es tiempo que ellos ganan para luego realizar otras actividades que también les gusten.  

Después de esto, le dije que si le había hecho la pregunta vital a su jefe y Martín me respondió que no sabía a qué pregunta me refería. Y mi respuesta fue:

  • ¿Si le has preguntado a tu jefe si están contentos contigo, con tu desempeño y con tu trabajo?

No debemos tener miedo a realizar esta pregunta. Muchas veces lo que nos encontraremos es una respuesta positiva o consejos beneficiosos para que mejoremos nuestro día a día.

Mi amigo me empezó a dar excusas de por qué no debía preguntar, “siempre está muy ocupado el jefe,… tampoco quiero que se piense que no estoy contento,… no quiero que me dé más trabajo,…”. Perdiéndose en una retahíla de frases que solo eran una auto justificación por miedo a preguntar.

Al final dejamos el tema, seguimos con nuestro café y cada uno volvió a su casa, con la promesa de que tarde o temprano le preguntaría a su jefe.

 

Preguntar para el éxito profesional

Martín me llamó justo una semana después de nuestro café.

Me confesó que nuestra conversación le había sido muy útil. Tal vez no al principio, porque le costó aceptar que debía superar su miedo y preguntar. Pero, cuando entendió que era el mejor camino para el éxito profesional, no lo dudó. Un día le pidió a su jefe que quería hablar con él de forma distendida sobre el trabajo, porque quería comentarle algunas dudas que le habían surgido.

Y así es como se dio que tuviese lugar, al cabo de una semana de hablar nosotros, una gran conversación con su jefe durante un desayuno.

Cuando él le expuso sus dudas y miedos, su jefe le contestó que todo lo contrario.

Que estaban muy contentos con Martín. Su rendimiento era muy bueno y la integración en el equipo de trabajo también. Además, le dijo que contaba con él para una promoción dentro de su departamento en el futuro.

Conclusión, viendo la historia de Martín, mi reflexión personal es que muchos de nosotros tenemos una barrera mental. Nos da miedo preguntar si el resto del mundo está contento con nosotros. Tanto en el trabajo como en momentos de nuestra vida personal.

Debemos atrevernos a preguntar y así descubrir qué deberíamos hacer para mejorar y conseguir el éxito profesional, en lugar de esperar a que nos despidan.

Siempre verás, que la opinión sobre ti es mejor de lo que tú piensas.

Para conseguir este objetivo y conseguir que desaparezca el miedo a preguntar, os planteo estos tips para que “cuestionar” se vuelva un hábito en nuestra vida profesional:

    • No esperar al Review Anual. En varias empresas, los jefes suelen tener una vez al año, una reunión personal con cada uno de los profesionales del equipo. En ella se analiza la evolución de la persona, cómo va la consecución de sus objetivos, qué se puede implementar para que mejore, etc. ¿Pero es necesario esperar todo un año si no estás contento o algo te preocupa? Para nada. Debemos atrevernos a preguntar. Porque muchas veces nos encontraremos con que hemos magnificado determinadas situaciones y que la respuesta es mucho más positiva de lo que nos pensábamos. La realidad, muchas veces es diferente a como nosotros la percibimos.
    • Introspección personal en primer lugar. En primera instancia, incluso antes de ir a preguntar a la gente de nuestro alrededor. Debemos empezar por analizarnos a nosotros mismos. Afrontar de forma casi científica los miedos y preocupaciones que nos rondan por la cabeza.

  • ¿Por qué sientes esto?
  • ¿Qué hay realmente detrás?
  • ¿En algún momento ha surgido algún conflicto que ha desencadenado tu malestar?
  • ¿Tienes alguna discrepancia con el ambiente, tus compañeros, la forma de trabajar del equipo o tu propio rendimiento?
  • ¿Crees que tus propios sentimientos personales pueden estar afectando tu percepción de las cosas? ¿Por qué?
  • ¿Crees que sería bueno exteriorizar tus dudas?
  • ¿Te has planteado qué otros puntos de vista te podrían ayudar a salir de tu estancamiento o a mejorar tu punto de vista?

  • Perder el miedo a preguntar regularmente a los demás. Después de haber analizado y entendido mejor tus preocupaciones, es cuando debes afrontar tus propios miedos y hacer las preguntas correctas a la persona correcta. Poniendo de ejemplo el caso de Martín, él era necesario que tuviese una conversación con su jefe para exponerle sus sensaciones respecto al trabajo. Porque al final, lo que se encontró fue con un feedback positivo, que despejó todas sus dudas. Recordemos que la visión de los demás, no siempre coincide con la nuestra propia. Y no dejemos de preguntar regularmente.
  • Procesar las respuestas de forma correcta. Las respuestas suelen ser más positivas de lo que nos esperamos. Pero, a veces pueden conllevar consejos para mejorar. No debemos tomarnos las sugerencias como algo malo. El resto de personas nos las dan para que encarrilemos mejor la consecución de nuestros objetivos, tanto profesionales como personales.


Espero que a mi amigo Martín no le importe que lo haya puesto de ejemplo, je je, pero su historia puede ayudar a muchos otros profesionales en su misma situación. No tengamos miedo a preguntar. El éxito profesional siempre está detrás de las preguntas correctas, hechas en el momento adecuado. Esperar o tener miedo, solo acarrea que el sufrimiento y el malestar perduren en el tiempo, sin una solución clara.

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