Una de mis grandes pasiones es leer. En mis manos caen todo tipo de guías que hablan sobre estrategias y consejos para retener el talento profesional en una determinada empresa. ¡Qué equivocada es esta idea desde mi punto de vista! No retengas el talento profesional, enamóralo y hazlo feliz.

Es evidente que cualquier directivo o líder quiere a los mejores en su equipo pero, ¿cómo conseguir que ellos también deseen pertenecer a él?

  1. Todas las personas tienen un talento innato y cada una de ellas ha de encontrar cuál es el suyo, además del mejor entorno donde puede desarrollarlo. ¡Así todos podemos ser extraordinarios en nuestro trabajo!
  2. Creo que es mucho más provechoso y productivo “enamorar” (en el sentido romántico-laboral de la palabra) a esa persona y profesional extraordinario para que quiera estar en nuestro equipo. ¿Qué podemos ofrecerle para que nos elija a nosotros? He ahí el quid de la cuestión. No se trata de retener el talento, sino de trabajar a diario para convertirnos en su mejor opción.

Conocer las necesidades e intereses del candidato que queremos que se quede en nuestro equipo es el primer paso para conseguir seducirlo a quedarse con nosotros. Se trata de algo muy sencillo; ofrecer lo que ellos quieren que se les ofrezca. Esto suele estar relacionado con unas condiciones atractivas, donde el profesional pueda desarrollar todas sus habilidades, donde vea una proyección de futuro, donde los objetivos que se le marcan pueda consensuarlos con la empresa o marcárselos él mismo, una política cultural que priorice a las personas y su bienestar, entre otras condiciones.

De nada sirve retener a alguien que no está al 100% motivado con la compañía, ya que únicamente conseguiremos que se sienta a disgusto y que no sea capaz de dar lo mejor de sí mismo. Por ejemplo, si una persona con excelentes habilidades queremos que permanezca en nuestro equipo tiene el sueño de irse a vivir a otro país, solo tenemos 2 soluciones: ofrecerle un puesto en dicho país y que trabaje a distancia para seguir contando con su talento o, por el contrario, facilitarle la marcha.

En definitiva, cualquier estrategia de retención de talento debe empezar primero por la autocrítica. ¿Cómo podemos mejorar?, ¿Qué nos hace falta para ser la mejor opción de las personas que deseamos en nuestro grupo?, ¿Estamos haciendo todo lo posible para que los miembros de la organización se sientan a gusto y valorados? Una empresa que mira más por las necesidades de su equipo en vez de por su propio bienestar, conseguirá que el personal más cualificado y mejor preparado decida quedarse en la empresa por su propio deseo. Recuerda; no se trata de retener, sino atraer y enamorar.

 

David Tomás

@davidtomas

 

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