Quiero empezar este artículo compartiendo con vosotros un trozo de texto de uno de los libros que te ofrece Amazon para leer desde Kindle, El desafío Starbucks.

La semilla del exito esta en el fracaso

En él habla de cómo las ideas que fracasan pueden llevarte al éxito. Pone como ejemplo el producto Mazagran, que de inicio fue un fiasco, pero luego resultó ser el precursor del mega éxito de Frapuccino.

Venimos de una forma de trabajar donde el fracaso está mal visto y casi hasta penalizado. Y cuando alguien comete un error, en lugar de pedir ayuda para resolverlo, se tiende a esconder. Ya que sobre la cabeza de muchos profesionales sobrevuela la palabra “despido” cuando algo no sale como se espera.

En esta cultura de la perfección nos encontramos con más sombras que luces. Porque la perfección no existe. Y para avanzar profesionalmente parece que los fallos se deben esconder y esto ocasiona que no se pueda aprender de ellos.

La mejora constante solo se puede lograr experimentando y saliendo de nuestra zona de confort. Es muy fácil hacer siempre lo mismo, apostar por la rutina y por aquellos procesos que sabemos que nos salen bien. Pero así, no hay evolución y se evitan las nuevas tendencias que siempre se dan en todos los sectores del mercado.

¡Fallar es bueno! Aprender de los errores es lo que nos hace evolucionar y ser mejores en el futuro. Sabemos qué no funciona y así estamos más cerca de encontrar una solución.

Muchos emprendedores, antes de fundar una startup viable, pasan por diferentes proyectos que no llegan a prosperar, pero con la experiencia que han conseguido en todo el proceso, luego es más fácil montar un proyecto empresarial fructífero y mejor encarrilado.

Además, si se le da al equipo la oportunidad de cometer errores, viven más tranquilos, en constante aprendizaje y felices en su entorno laboral. Porque son conscientes de que la empresa confía en ellos y que al final conseguirán los objetivos, sin importar tanto el camino.

 

5 ejemplos de fracasos que fueron el inicio de grandes éxitos empresariales

 

  1. Mazagran vs. Frapuccino

La bebida Mazagran era una bebida fría y efervescente enriquecida con café de Starbucks. Este fue el primer intento de Howard Schultz de extender el café de Starbucks fuera de las paredes de los establecimientos clásicos donde habitualmente se sirve y de una forma diferente. Fue todo un reto, ya que era lanzar al mercado un nuevo producto dentro de su categoría, pero resultó ser un fracaso entre los consumidores. El fundador de Starbucks se vio descorazonado, pero este hecho no le quitó las ganas de seguir creando proyectos nuevos.

Por este motivo, un tiempo después decidió apostar por el producto Frapuccino, el cual resultó ser un éxito, en gran parte gracias al aprendizaje realizado con Mazagran.

 

  1. Apple III, Lisa y Next vs. iPhone y iPod

Steve Jobs decía “a veces cuando innovas, cometes errores. Es mejor admitirlos rápidamente y seguir adelante apostando por tus otras innovaciones”. El fundador de Apple triunfó en sus inicios, pero con los lanzamientos de Apple III y Lisa todo empezó a ir de capa caída. Steve vivió una época complicada y acabó despedido de la compañía que él mismo había fundado.

Tras estos hechos, Jobs puso sus energías en la empresa Next, su proyecto posterior, que aunque no acabó siendo rentable, le facilitó poder volver luego a la empresa de Apple.

Steve Jobs nunca dejó que los fracasos le doblegaran y cuando volvió a su primera compañía revolucionó el sector tecnológico con el iPod y el móvil con el lanzamiento del primer iPhone.

 

  1. Tokai Seki vs. Honda Motor Company

Soichiro Honda era un apasionado del mundo del motor y tenía una inteligencia fantástica. Casi visionaria.

Siendo muy joven fundó la compañía Tokai Seki, especializada en la producción industrial de segmentos de pistón. Pero como no tenía los conocimientos científicos necesarios fracasó, dejando tras de sí varias naves quemadas y cayendo en depresión.

Pero no se dio por vencido, sabía que “el éxito es un 99 % de fracaso”.

Tras formarse en la universidad hizo renacer la empresa Tokai Seki gracias a que pudo elaborar un diseño de pistones tal y como era requerido. Así consiguió forjarse una muy buena reputación en su sector.

Años más tarde, Soichiro se convirtió en multimillonario gracias a Honda Motor Company.

 

  1. Walter Elias Disney vs. The Walt Disney Company

Walter Elias Disney es mundialmente conocido por fundar la productora de animación The Walt Disney Company, sin la cual muchos niños del mundo concebirían su infancia de otra manera.

Muchos fueron los fracasos de Disney antes de llegar al éxito.

En sus inicios fue despedido del periódico “Kansas City Star” porque “le faltaba imaginación y no tenía buenas ideas”. Eso sí, años más tarde se vengaría comprando ese mismo periódico.

Otro de sus grandes fracasos fue en 1923, cuando tuvo que declarar en bancarrota la empresa Laugh-O-Gram Film, especializada en cortometrajes de animación que se basaban en cuentos populares para los niños. Aunque las filmaciones tuvieron bastante repercusión en Kansas City, los gastos de producción excedían los beneficios. Pero, el estadounidense decidió no rendirse. Ya que lo siguiente que vino es que Walter se trasladó a Hollywood con 40 dólares en el bolsillo y acabó fundando Disney Brother’s Studio, la precursora de The Walt Disney Company.

 

  1. Arianna Huffington vs. The Huffington Post

Los fracasos nos hacen grandes. Y aquí llega otra historia con tropiezos en el camino antes de conseguir triunfar.

Todos conocemos el medio digital The Huffington Post, todo un referente en el mundo de la información. Independientemente de su ideología o contenidos. Recibe su nombre por una de sus fundadoras y máximas inversoras, Arianna Huffington.

La escritora y columnista se dice que fue rechazada por 36 editores. Quienes no quisieron publicar su primer libro.

Y cuando creó la reconocida publicación online, tampoco fue un camino de rosas. En su etapa inicial recibió muchas críticas negativas por la calidad de los contenidos, pero estos obstáculos los resolvió apostando por la innovación y creación de artículos de interés para el público.

No estoy haciendo aquí una apología del error continuo, porque en general, nadie quiere fallar cuando pone todas sus energías e ingresos en un proyecto nacido del corazón. Donde muchas veces se dejan horas, días y semanas de duro trabajo.

Pero, a veces, por diferentes motivos las cosas no funcionan y tenemos que aceptarlo.

Saber que se puede seguir adelante. Más sabio y con más experiencia. Así, en la siguiente vez que se intente, seguro que todo fluirá mejor gracias al conocimiento adquirido.

Porque como decía Edison, el inventor de la bombilla, “no fueron mil intentos fallidos, fue un invento de mil pasos”. Ya que para conseguir un filamento resistente que generara luz y aguantara el calor, tuvo que probar con muchas fibras diferentes, de hasta unas 6.000 plantas diferentes, y otros metales.

 

La empresa más feliz del mundo

 

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