Muchas normas vigentes en los entornos de trabajo pueden llegar a ser absurdas o haber quedado obsoletas para los tiempos que corren.

Estas pueden llegar a entorpecer el buen trabajo de los profesionales o desmotivarlos a la hora de llevar sus proyectos adelante. Muchos puestos ya no requieren de una presencia física continua de la persona, porque se ha digitalizado buena parte del trabajo.

Por ejemplo, antes un periodista debía ir cada mañana a la redacción de su medio para que le asignaran las ruedas de prensa que debía cubrir ese día. Pero, ¿realmente es necesario ya el acto de acudir en persona? Tal vez, para una óptima organización le va mejor recibir digitalmente sus horarios del día y partir desde casa hacia el evento. Bien porque el lugar al que debe acudir le queda más cerca o porque así puede avanzar trabajo, evitando el trayecto de tener que ir al despacho.

O el hecho de que sea obligatorio llegar a una hora exacta a la oficina, impedir el acceso a las redes sociales o al correo personal desde el ordenador del trabajo, cuando la mayoría lo hace aunque sea usando su móvil personal.

Se ha demostrado que cuanta más libertad y confianza se da a los profesionales es cuando mejor responden y más felices son, ya que no tienen impedimentos para compaginar sus deseos personales con las responsabilidades del trabajo.

 

Las 20 reglas que se deberían eliminar en las empresas

  1. Entrar a las 9.00h sin dilación. La flexibilidad horaria es una de las cosas más demandadas a día de hoy. Es necesario poder compaginar la vida personal con la profesional. Y a veces llegar a una hora fija al trabajo no nos facilita la vida. Entiendo que hay trabajos en los que la puntualidad horaria es imprescindibles, pero en muchos otros ha dejado de serlo gracias a la digitalización de las profesiones. ¡Que no te riñan más por entrar a las 9.03h!
  2. Estar en la oficina sin hacer nada para cumplir el horario. Una se lima las uñas, el otro mira el móvil, el de más allá charla con el compañero y otro grupo se ha ido a hacer unas cañas. ¿Por qué? Porque pueden haber acabado su trabajo, pero toca cumplir con las horas pactadas en el contrato. ¡Hasta las 6 nadie sale! Eso no tiene sentido, cuando a lo mejor la persona podría estar aprovechando ese tiempo en cosas mejores. Busquemos que el equipo sea feliz.
  3. Convocar reuniones muy tarde. Misteriosamente, muchos jefes convocan las reuniones a las 17.45h, cuando la hora de salida para la mayoría es a las 18h. Eso es tener mala baba y ser un poco sádico. Sobretodo si la reunión puede alargarse bastante. Lo más sano es hacerlas por la mañana o no más allá de las 4 de la tarde.
  4. No se paga formación a los empleados. Aquellos jefes que piensan que pagar formación a sus empleados es tirar el dinero, van un poco equivocados. Ese conocimiento que adquirirán lo aplicarán en su día a día y mejorará los procesos de trabajo. Y aunque algún día puedan marcharse a otra empresa, seguro que habrán dejado mejoraras tras de sí que ayudarán al resto del equipo y a la nueva gente que entre.
  5. No traer nada de comida a la oficina. Será que las personas solo viven del aire que respiran. No tener habilitado un espacio para comer o donde refrigerar la comida puede desmotivar bastante a la gente. Y ya no hablemos de prohibir comer cosas en la mesa de trabajo. Nada, que todos moriremos desnutridos de 9 a 6.
  6. Silencio absoluto para una mayor concentración. Las risas son el arma de Satán y hará que tu jefe te mire con malos ojos por ser una persona alegre y extrovertida.
  7. No poder salir a tomar un café en horas de trabajo. Tampoco se trata de no aparecer por el trabajo porque estás de cháchara en el café de la esquina durante la mitad del día. Pero, esos momentos de desconexión son necesarios y beneficiosos para las personas.
  8. El teletrabajo está prohibido. Algunos jefes se imaginan que trabajar desde casa significa que sus empleados están sin hacer nada de nada sentados en el sofá y mirando Netflix o HBO. Cuando el trabajar a distancia puede significar encontrarte con un empleado más contento y competitivo, porque se confía en él y se le permite compaginar vida más trabajo.
  9. No poder personalizar el espacio de trabajo. Hay lugares donde está prohibido personalizar el despacho, la mesa o colgar algo en la pared. Pocos lugares quedan así, pero seguro que alguno hay. Cuanto más humano y confortable es el espacio donde trabajas, más feliz es la gente. Así que dejemos que cada uno ponga sus plantitas y un mapa con los países donde ha estado.
  10. Si usas el móvil personal despedido. Puede haber entornos de máxima seguridad en que no esté permitido el uso de teléfonos móviles, pero en el resto de trabajos, cada uno debe poder mirar información, consultar y llamar sin ningún tipo de restricción.
  11. El ordenador de la oficina solo se puede usar para temas profesionales. Ahora el control de la navegación por internet se está aplicando en varias empresas. Así se impide que el empleado use para temas personales el ordenador del trabajo. ¿Por qué hacer eso? Cuando la gente se pasa horas en la empresa y a muchas veces es necesario consultar cosas desde allí personales.
  12. No imprimir nada que no sea del trabajo. Venga… Seamos un poco modernos y dejemos que las personas impriman una entrada para el cine o el teatro en la impresora del despacho. El material de oficina debe estar disponible para todo el equipo, siempre que el uso sea responsable.
  13. No tener animales en el despacho. En Japón hay una empresa que en 2015 introdujo en su despacho 9 gatos y eso ayudó a rebajar el estrés y a mejorar el bienestar del equipo. Nunca prohibas nada, porque no sabes qué ayudará a tu equipo a ser más feliz.
  14. Dress Code obligatorio: hombres con traje y mujeres de tacón. Da igual si estamos en pleno verano e ir de manga larga nos mata de calor y los tacones provocan dolor de espalda. La vestimenta debe ser adecuada para cada ocasión, pero siempre con una libertad que ayude a sentirse cómodos a todos y todas.
  15. No se permite escuchar música con los cascos (sin ellos ya es impensable). ¿Por qué? Si eso ayuda a concentrarse mejor a la gente… que cada unos escuche la música, el podcast o las noticias que quiera.
  16. Los mejores despachos son para los directivos. Mientras que el resto de mortales están hacinados en un zulo pequeño y sin luz.
  17. Nadie puede visitarte en la oficina. ¡Qué poco molonas las empresas que son así! Con lo bonito que es que tu familia y amigos puedan venir a buscarte al trabajo y de paso conozcan el lugar donde pasas muchas hora del día.
  18. No mascar chicle en la oficina. No sea que las visitas se piensen que están en un patio de colegio
  19. No mirar el Facebook en el ordenador del trabajo. ¿Cómo? Seamos realistas. Quién no mira de vez en cuando sus redes sociales durante el tiempo de oficina. Es imposible estar 8h seguidas solo conectado a los problemas del trabajo. La mente está diseñada para descansar en determinados momentos y, a lo mejor, para una persona, su forma de desconectar es cotillear un poco el Facebook.
  20. Subir fotos al Instagram en horas de trabajo. Si tu jefe se enfada porque ha visto en tu cuenta personal de Instagram que te dedicas a colgar fotos en horas de oficina, entonces mal andamos. Esos momentos de micro desconexión deberían estar permitidos y para nada supervisados. Al final, lo importante es que cada uno sea responsable de lo que hace y lleve a término sus proyectos. ¡Siempre puedes decir que lo programaste je je!

 

La empresa más feliz del mundo

 

 

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